sábado, 18 de noviembre de 2017

CONSIDERACIONES CARÁCTERISTICAS DE LA NATURALEZA DEL CAPITALISMO

CONSIDERACIONES CARACTERISTICAS DE LA NATURALEZA CAPITALISTA. Por Richard Pacard. Una de las grandes mentiras del Sistema es entablar el debate sobre la consecución como objetivo del empleo; el trabajador en cuanto carece totalmente de herramientas para la formación por sí mismo de producción, debe vender la única mercancía que posee, la cual es su fuerza de trabajo, a cambio de un salario de subsistencia, ya que como en esa relación no existe un pago por participación en la empresa, ello convierte al trabajador en algo externo o ajeno a la misma, y ello determina que sea el capital el que controle toda actividad y ámbito de la vida de la empresa, excluyendo al productor, siendo los capitalistas los dueños absolutos del proyecto empresarial. Controla toda iniciativa, como el proceso mismo de producción, la fuerza del trabajo, la maquinaria que ha de utilizar o el ritmo de la producción, así como la decisión de dejar de contar con los empleados en cualquier momento, en cualquier circunstancia; sin tener en cuenta que ellos han participado o ayudado a la consecución y cumplimiento de sus objetivos, y esto les daría derecho a una cuota de participación en los beneficios de la empresa, por lo mismo consideramos que el objetivo del capitalismo nunca ha sido la promoción del empleo, si no el maximizar lo máximo posible el beneficio, marginando al sector productivo. El volumen de empleo que se utiliza en cada momento, viene determinado por las estrategias comerciales y tecnológicas empleadas en cada momento. Por ello, la reducción del paro así como de la idea de su extinción son quimeras y estrategias amparadas por el poder, de esta manera se puede llegar a reducir el paro o aumentarlo en consecución de las necesidades estratégicas empleadas por la industria. El capitalismo vive del paro, de las crisis cíclicas producidas por el mismo sistema, el cual sufren en sus carnes las familias, ya que el sistema económico sobrevive a cuenta del desempleo, para obtener siempre ventajas sobre la mano de obra que se halle en situación de desempleo, para crear en todo momento gente dispuesta a trabajar bajo cualquier condición que les imponga el Capital. La crisis mundial de los años treinta vino a demostrar que la competencia de libre mercado era incapaz de asegurar un crecimiento igualitario y de obtener el pleno empleo, sumiendo a millones de trabajadores en la miseria extrema. La innovación tecnológica provoca una reestructuración de las empresas, y todo ello conduce al paro estructural, o dicho de otro modo, sustituyen al personal; las maquinas realizan tareas que antes hacían trabajadores humanos, y estos –las maquinas- no hacen reivindicaciones sociales ni políticas, no necesitan descanso, no enferman, no cobran un salario… y lo hacen mejor, más rápido, con mayor eficacia que los humanos. Esta situación se incrementara en el futuro, aunque sucederá muy lentamente para no crear convulsiones. ¿Pero no habrá en el futuro empleos? Habrá los necesarios, los cuales realizaran tareas cualificadas para mantener la maquinaria de las empresas, por lo cual la informática y la programación serán parte de las futuras profesiones. El problema se plantea cuando la estructura se pregunta qué harán con tanto desempleado y con tanta gente sin trabajo: La solución surge de sociedades y asociaciones como ATTAC y algunos grandes protagonistas o líderes mundiales, los cuales apoyarían la creación de una Renta Básica Universal. La economía ya no se basara en el empleo, sino en el consumo, y he aquí donde aparecen las grandes ventajas de aceptar la Renta Básica Universal, la cual tendrá carácter incondicional. Estimulara el consumo, no estará controlada por los servicios sociales, ni por burocracias ya que una de sus ventajas será el ser incondicional, las ayudas de ahora son condicionales, es decir, se recibe un ingreso por realizar cursos de formación ocupacional que para nada sirven nada más que para entretener al pueblo, sin ningún objetivo a la vista. Creando generaciones de anti-cursos, ya que nada aportan a la consecución de un empleo. Ello conllevara la aparición de una nueva sociedad del ocio donde se incrementaran las actividades recreativas y sociales. Desaparecerán todas las ayudas actuales, ya que no tendrán necesidad de existir ante el nuevo contexto que se avecina. Como digo, eso todo sucederá, no de repente, sino que irá evolucionando, con lentitud y a paso de tortuga. Estas todas circunstancias se cumplirán si las tendencias actuales siguen su curso, es decir, que no hallen obstáculos en su camino, salvo las lógicas derivadas de su evolución y desarrollo. Ya que a mí personalmente no me gusta en absoluto la política ficción, pues no soy un iluminado, ni mucho menos pretendo ser un guru de los muchos que abundan en internet, o desear compararme a los grandes profetas de las Sagradas Escrituras. Creo según la información que veo es lo bastante veraz para creer que los tiempos van por ese camino. El capitalismo es en realidad un hibrido que necesita como todo ser vivo luchar por la supervivencia, su instinto depredador le lleva a la expansión más allá de las zonas ya desarrolladas, impregnando de su veneno a las zonas más pobres como podría darse el ejemplo de que toda la población de estos países se hayan encuadrados en una actividad agrícola de subsistencia, la intervención de multinacionales y corporaciones de países desarrollados, ayudando a las zonas más pobres del planeta, a través de créditos o programas de ayudas al desarrollo, lo único que consiguen es estancar en la pobreza; endeudarlos hasta hundirlos en su miseria, sin posibilidad de redención, aplicando la misma política que ha llevado a la muerte del proyecto mercantilista de la Unión Europea. No importa dejar países pobres o destrozar una cultura milenaria con tal de obtener el máximo beneficio, que es lo que persigue el capitalismo para sobrevivir. La distribución de la riqueza es desigual a nivel mundial por parte del capitalismo. Una de las grandes mentiras del sistema es llevarnos a la convicción, de que hay un problema con las pensiones ya que cada vez vivimos más tiempo y mejor, esto no es verdad. Hay bastante dinero a lo largo y ancho del planeta para acabar con la crisis y sostener el sistema de pensiones, así como dar de comer a quien lo necesita. El problema no estriba en la falta de recursos, el que tenemos es de distribución no de agotamiento de dichos recursos. El planeta tiene capacidad absoluta para irnos proveyendo de recursos, siempre y cuando estos se racionalicen y se empleen en políticas sociales de distribución. A no ser que unos cuantos se queden con una parte del pastel llevados por la avaricia y la codicia. A través de las ideologías surgidas del gran capital, como el liberalismo y la democracia, sostenedores del sistema económico y defensores de los que detentan el poder a través del libre mercado, la igualdad en sí misma no se limita nada más que a ejercer el derecho al voto cada periodo de tiempo (que oscila entre 4 o 5 años) en una especie de ficción en la cual en las distintas convocatorias el pueblo es soberano durante un día, pasado ese día la soberanía del pueblo es transferida al partido, ya que el voto se convierte en un cheque en blanco, donde a la clase política le es permitido hacer y deshacer según su voluntad e interés. Por otro lado, el capitalismo se ha vuelto inflacionario de una forma crónica, obligando con ello al Estado a intervenir en algunos ámbitos y aspectos de la vida. Todos los días en cada periodo de tiempo, observamos cómo algunos productos son cada vez más caros, el gobierno se inhibe en esta lucha draconiana, en la cual el que gana es el que impone los precios de venta al público, llevadas –las empresas- por el deseo de maximizar los beneficios e infiriendo a los demás llevados por la codicia y el egoísmo. El Estado en la mayoría de las ocasiones interviene para que el mercado no eclosionara, salvando de esta manera las situaciones de crisis que hubieran podido provocar una revolución social. Defendiendo con esta manera de actuar al capitalista frente al consumidor, el cual obedece fielmente a la voz del Marketing, el cual representa la mentira del siglo XX. El ciudadano se ha convertido en consumidor, ya que es la base del actual sistema, una de sus más importantes columnas. Nos hemos convertido en individuos de supermercado, aceptando aquello que se nos ofrece, convirtiéndonos en colaboradores necesarios del sistema. Ya no pensamos, puesto que nuestra vida rutinaria solo se fundamenta en comprar y trabajar para al acto seguido dárselo todo a los supermercados, a las multinacionales y de esta manera sostener el capitalismo. ¿Se puede ser más tonto? Se sostiene aquello que nos hace daño, aún sabiéndolo, ya que la calidad de los alimentos manufacturados es un veneno. Nadie sabe ni es consciente de que el capitalismo y la competencia provocaron las dos guerras mundiales. Nadie es consciente de que el actual aburguesamiento de la clase trabajadora, es participe y colaborador de la desigualdad social, convirtiéndose en cómplice de todos los desastres que provoque el capitalismo. No existe un pecado individual. Existe un pecado colectivo. Por uno Dios castiga a todo un pueblo. El trabajo productivo de los trabajadores es el factor dinámico de la economía, mientras que el capital es solamente la herramienta que se utiliza para dar origen a un proyecto o para la consecución de una determinada empresa. Pero ha de ser compartida entre todos los que trabajan en la misma. El capital es inicuo sin el protagonismo del productor y de su dinamismo, por ello debe ser una parte integral de la empresa y participe de su marcha, tanto en decisiones comerciales como en los beneficios de la misma. No pueden existir departamentos estancos en la vida social, laboral y política. No puede admitirse que haya libertad política y que sin embargo no exista democracia económica. Según Adam Smith (1723-1790) el que fuera el precursor del liberalismo y defensor acérrimo de la no intervención del Estado, el cual levanto el mito –por el que- el desarrollo de la humanidad estaba dirigido por una mano invisible que regularía por sí mismo el mercado, así como los intereses individuales y el colectivo, el bien individual frente al bien común. Mano invisible que no llego a especificar qué clase de ser superior había que honrar, quizás un nuevo dios o quizás un poder superior del cual no sabemos al día de hoy que imagen hemos de edificar para saber quién es. Algo espiritual, casi mágico el cual intervendría en los asuntos humanos para devolvernos a la armonía perfecta. Eso en caso de que alguna vez la hubiéramos tenido. ¿Hay mayor falacia pretender que todo se arreglara por sí mismo? ¿Acaso creía –Adam Smith- que los intereses individuales y colectivos, llevados por el egoísmo serian la base de una sociedad perfecta? Ninguna sociedad que se haya regido por el libre mercado, la competencia y el egoísmo han subsistido durante mucho tiempo, llevando al colectivo al caos y al abismo. Los intereses contrapuestos entre lo individual y lo colectivo, entre lo privado y lo público, harían de esto una lucha encarnizada, un caos que acabaría con una nación y se produciría el agotamiento de un Estado que obligado a intervenir en todo momento y ocasión, acabaría inclinándose hacia el más fuerte, frente al más débil. Que es en parte lo que nos está sucediendo en este momento a nosotros. La sociedad actual se haya aburguesada, por esto falto de una conducta moral, resquebrajada por intereses corporativistas, individualistas y fragmentados, no perciben el descabalamiento, la decadencia de la Modernidad; por ello es posible el triunfo de las tesis independentistas, la crisis del actual proyecto monetarista de la Unión Europea. Hemos apostado por el Becerro de Oro, por una Europa de las mercancías y los individuos, dejando atrás los valores de persona y bien común. Pero somos tan tontos que viendo como el mundo se resquebraja frente a nosotros, como Europa, y en particular España fracasan en su proyecto calvinista, continuamos haciendo lo mismo que nos llevo y nos seguirá llevando, en un futuro no muy lejano, a la miseria.